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ADIOS AL AFERRAMIENTO

¡¡¿Por qué te cortaste el pelo?!!

Nótense los signos de exclamación generalmente acompañados de una cara similar a ésta… :O

Es lo primero que me preguntan al ver mi look, en vez de felicitarme por el cambio o si de plano no les gusta mínimo echarse la mentirita piadosa y decir: ¡Ay qué bien te ves!  

Además debo mencionar el pavor que me dio después de hacerlo (sí, yo me lo corté en mi casa después de ver una película inspiradora y unas tres copas de vino) porqué juraba que mi novio me iba a matar, ósea ya no le iba a gustar.

Créanme esto no se trata de mi ego… bueno, un poquito tal vez, pero el punto es que esto me hizo darme cuenta  de que vivo en un país, en una sociedad, en la que la mujer vive aferrada. 

Claro que los hombres no se zafan de esto, pero su ADN ‘machoalfaneciodistraído’ los vuelve un poco menos susceptibles digamos. Porque mientras hombres y mujeres mexas llevamos por igual el chip mental de ‘yavisteafulanitaysultanitohizotal’, las mujeres tendemos a engancharnos un poquitín demás.

Tampoco estoy diciendo que nos valga todo, digo es imposible… y a veces algo de drama es saludable, el chiste es que no se vuelva un hábito nocivo y aprender a separar opiniones, ¿qué es lo que realmente nos importa y qué es lo que YO quiero?

Esto de distinguir se ha vuelto algo difícil con el bombardeo de los medios de comunicación, tememos al cambio y a los impulsos por los estereotipos que nos venden, les imprimen en las cabezotas a los hombres (cabezonas nosotras por hacer caso y cabezones ellos por… jaja bueno pues por querer que así sea) que la mujer hoy en día tiene que ser guapa, flaca, pelo largo cuál Rapunzel, maquillada las 24 horas del día 7 días a la semana y vestida para matar, ósea buenerríma.

¡Y claro que estamos buenerrímas!  Pero mi punto es que no necesariamente tiene que ser cómo nos lo pintan en las revistas o la televisión. Sonará muy forever pero en verdad deberíamos sentirnos dignas de una pasarela sin importar el granito, la lonjita, la cara lavada, mi metro con sesenta y dos centímetros, nariz que en ciertos ángulos se ve chueca, orejas de elfo, estrías, chichis inexistentes…. Hola, soy Luciana y ésos son mis defectos, físicos… ¡porque ya ni hablo de los mentales! 

Y ése es justo uno de mis puntos, ¡no deberían de ser defectos sino cualidades! No estoy incitando a la mediocridad y que dejemos de hacer ejercicio o echarle ganitas para vernos mejor, pero que no se vuelva una causa de sufrimiento.

Otro de mis puntos en ésta afección descubierta, es del aferrarse más allá de lo físico… la frase de: ‘me veo bien así y ni le muevo’ o el ‘así me tengo que ver para los demás’ va hasta nuestro estilo de vida diario.

Sé que habrá algunas wonder women  que han logrado trascender ésos problemas o tal vez nunca los sufrieron, pero no van a negar que vivimos en una sociedad, en la que sin saberlo, nos aferramos a…

Ésa blusita azul que me quedaba de huevos hace dos años y NUNCA he vuelto a usar, pero la guardo, ocupando espacio que no me sobra en el clóset…

El shampoo bien acomodado en la regadera que le queda tantitito y por equis o por ye no me acabo ni tiro…

Las cartitas, recuerditos, fotitos y demás de aquella relación desastrosa, que por más ‘nirvana y en paz con tu presente ohm’ que quieras ser, ocupan un espacio que, la neta, sería más zen sin ellas.

Compararte… punto.

La manera de comer no tan saludable, porque ‘hoy anduve en chinga, ya mañana desayuno fruta y avena’ que nada más no te hace bien y la colitis (mi enemigo) lo demuestra.

Hasta me atrevo a decir, que algunas relaciones, que ni sabes porqué, sigues manteniendo, pero ahí están, por miedo al cambio, a estar sola, a yo que…. sé pero si sé que no son lo mejor.

Hace dos semanas se fueron 7 centímetros de mi pelo y la ropa que la neta ya nunca uso ni usaré.

Finalmente me puse unas medias para las cuáles nunca encontraba ocasión y llegué a una fiesta sola, solita… all by myself.  

La próxima ¡quien sabe!… pero lo que sí sé ahora es que será porque YO quiero, puedo y así me siento cómoda, (de preferencia sin las porras que en ésa ocasión me echó el alcohol) y feliz…

ESO… es lo más importante.

 


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