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PIEDRITAS

Mimos@s, ésta vez decidí enlistar una serie de cosas que llamo ‘piedritas’. Son cosas que nos dan placer, emocionan y a veces dan un rush de adrenalina brutal en el momento pero pasado un cierto tiempo (depende del tamaño de la piedrita) nos damos cuenta que no nos estamos beneficiando en lo absoluto… sí tal cual como adicción. No significa que no las podamos hacer, o que estén mal, simplemente llega un punto en la vida en el cual, por inspiración divina o inyección de pequeñas dosis de madurez, te das cuenta que hay unas que puedes evitarte y otras que ya sabrás manejar mejor.

Sobra decir que me he encontrado realizando todas y cada una de las siguientes piedritas, espero no balconearme demás.

1. Ponerte un pedo de teporocho cuando tienes problemas emocionales, es decir, estás más vulnerable que de costumbre.

2. En dicho estado de ebriedad, llamar a cualquier ex novio, ex amante, ex ligue o posible ligue. En el momento te podrá parecer una excelente idea, hasta sentirás que es de vida o muerte y que DEBES llamarlo, pero no, si no lo has hecho sobria es por algo.

3. Manejar peda. Punto.

4. Dormir demás. Sí, amo mi cama y ella a mí, pero hay muchas cosas que hacer.

5. Decir cosas que no sientes realmente solo por quedar bien o parecer cool y alivianada, después no tendrás derecho a enojarte ni reclamar.

6. Hacer mezclas de sustancias ilegales, al día siguiente en verdad daba pena, no entraré en detalles.

7. Aceptar salir con alguien que realmente no te encanta… neta, neta ¿qué esperas que suceda?

8. Coger nomás porque sí. Este es un punto delicado, estoy totalmente a favor de los fuck buddies y amigos con derechos o como les quieran decir, aquí a lo que me refiero es que cuando estás un poco confundida, a las mujeres nos afecta de modo distinto les guste o no, es mejor que lo pienses dos veces, porque puedes acabar clavándote o mal entendiendo la relación. Sí sólo estas caliente y estás consciente de que es eso, disfrútalo y adelante!

9. Coger sin condón. Hay excepciones claro, no es lo mismo tu novio a el wey que acabas de conocer, pero en general es un no.

10. Salir con un tipo que ya sabes que es un patán. De nuevo…neta, neta ¿qué esperas que suceda?

11. Hablar pestes de alguien. El mundo es un pañuelo, nunca sabes quién conoce a quién. Mejor resérvate los chismes y viboreadas para tus mejores amigas y nadie más.

12. Aceptar ir a casa de alguien que te da mala espina, sabes que hay algo raro pero ahí vas, no tiene que ser nada grave pero sí por lo menos te toca un momento incómodo. A mí me inventaron una reunión… para dos.

13. Encularte con alguien que no está enculado contigo. Así sea express, pasas unos días en tortura mental.

14. Pretender cambiar a alguien. Sí, en el momento te podrás sentir la Madre Teresa de Calcuta, pero no, la gente no cambia, puede mejorar pero debe de ser por voluntad propia.

15. Mandar mensajes, whatsapps, mails o palomas mensajeras a las 7am.

16. Subirte al coche de un tipo ebrio.

17. Ser intensa en exceso. Está también es complicada, porque soy muy intensa y lo disfruto aunque a veces me haga sufrir, llorar y patalear demás… la neta creo que hasta disfruto cuando sufro, pero he aprendido que si conviene en ocasiones bajarle dos rayitas.

18. Ponerte un letrero de ‘Emocionalmente disponible’ cuando realmente no lo estás, las feromonas son engañosas, y el alcohol también.

19. Armar panchos y peleas de novela con tu wey. Te sentirás muy pasional y en escena de película en el momento, pero a la larga te acaban desgastando el triple.

20. Comprar compulsivamente. He comprado ropa que en el momento juro y perjuro que muero si no lo tengo y creo que es lo más cool del mundo. Como les explico que al estar de compras, se me acelera el corazón, sudo y pongo ojos de maníaca. Acabo usando varias cosas una sola vez y después mueren enterradas en mi closet.

21. Ésta, es la anti-piedra… creo a pesar de mis errores, piedritas y crudas que sólo se vive una vez y si algo realmente te late y sabes que sería un ´hubiera’ terrible en tu vida y que no tienes nada que perder…hazlo. Aprende a identificar tus piedritas y decide cuál te vuelves a rifar y cuál sabes que nomás no vale la pena.

Luciana


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