¿Las solteras son mal vistas cuando pasan los treinta? Cuando las mujeres tienen novio o esposo, se les olvida como fue esa búsqueda para encontrar al indicado; salidas con las amigas, viajes, chats por internet, amigos en común, agotamos las opciones para encontrar al indicado y no morir solas. Sí, las mujeres somos un poco exageradas. Pero cuando encontramos a alguien, nuestros fines de semana se convierten en noches de arrumacos, series en Netflix y sexo sin protección.
Nos da amnesia nuestra vida antes del susodicho o lo que sucede a nuestro alrededor: ¿Hay guerra? No tenía idea. ¿Mis papás murieron? ¡Ay tristeza! ¿Sigo teniendo amigas? Sí, pero nunca las vemos. Se vuelven entes invisibles, esas que solo vemos en cafés cuando nuestro nuevo novio (o novio de años) nos hace enojar, ahí sí las buscamos, las necesitamos, les exigimos que estén.
Soy muy egoísta, llevo dos años con mi novio, me he olvidado casi por completo de mis amigas; claro, las veo en cafés o comidas, pero ellas también quieren salir, viajar, tenerme cerca. El otro día corté una semana con mi novio; todas me escribieron, me ofrecieron su casa, su amor. Escucharon la historia mil veces, me dieron sus mejores consejos. Esas mujeres que me han pedido “noches de chicas” y las he ignorado por quedarme acostada con mi novio diciéndole lo afortunada que soy al estar con él.
Ya ni recuerdo la última vez que estuve sola. Llevo dos años con él y esa semana me dio la perspectiva de una vida sola. No me da miedo la soledad, me da miedo enfrentarla sin mis amigas o sin mi familia.
Ayer fui a comer con una amiga; honestamente no sé mucho de su vida privada porque ella es muy reservada. Eso pensaba yo. Y ayer que me tomé el tiempo de toda una tarde con ella, solas, me di cuenta que tiene mucho que contarme y yo tengo mucho que escucharle. Me contó cosas que hace tiempo yo no paso: que se siente conocer a alguien, esperar su mensaje, hacer hipótesis de si le gustas o no, salir con patanes para darte la oportunidad y no cerrarte al amor, emocionarte porque el niño que te gusta te busca, y sobre todo… esa nostalgia y esperanza de un día encontrar a alguien que la valore por quien es.
Y yo la dejé plantada el sábado para salir a festejar su cumple a un antro porque “estaba cansada.”
Me sentí la más mierda, sobre todo porque ella es extranjera y no tiene a su familia acá. Nos falta ponernos en los zapatos de las demás. ¿Qué pasa cuando tenemos novio y vemos a una soltera? (No siempre y no todas) pero la percibimos como competencia ¡Solo por estar soltera creemos que será zorra! Todas podemos quedarnos solteras en algún momento; por infidelidad, monotonía, viudez (esa es la mejor), así que valoremos y apapachemos más a esas mujeres que no han encontrado a ese tipejo llamado disque príncipe azul.
La escuché un par de horas y después le di un gran abrazo. Le di palabras de cariño como si nuestra comida hubiera sido una cita amorosa; eso nos falta, decir cosas lindas a nuestras amigas, decirles lo guapas que son, rayar en lo lesbianas: “Si yo fuera hombre, andaría contigo”, subirles el autoestima, acariciarlas; una palmadita, cariñitos en la espalda.
A veces la soledad es muy mala, no sabemos cómo la enfrenta cada amiga; esa parte difícil de ser independiente, chingona, fuerte y a lo mejor, en las noches, sentir las ganas de un abrazo honesto de alguien que te quiera.
Hoy mándale mensaje a esa amiga, tomate un café, escríbele en el muro de Facebook, piensa que esa puedes ser tú en unos años y que, si no las trataste bien, pueden darte una patada en el culo (perdón mi francés), pero como las amigas son tan buenas, a ellas también les da amnesia que las olvidaste por un rato.
Damos por sentado que el amor de nuestro hombre será para siempre, sin darnos cuenta que el amor de una amiga es más fuerte, más puro y más honesto. Que ellas son nuestras novias sin título, nuestras almas gemelas.
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