¿Por qué las mujeres insistimos en ponernos etiquetas? ¿Será acaso porque nos gustan las compras? Si vemos algo con descuento lo queremos. Si vemos a una mujer metiéndose con quien le dé la gana, le decimos que es una barata o regalada.
¿Qué afán de hacernos daño a nosotras mismas? Los hombres, en cambio, tienen solo dos clasificaciones:
Teto y padrote.
Esta el hombre que no tiene un centavo, no tiene personalidad y no tiene viejas. Por otro lado… están los padrotes. Ósea, todos los hombres.
Conozco hombres que no tienen nada de actitud, es más… que ni siquiera son buenas personas ¡y aun así son buenos partidos!
Pero nosotras no. Somos las facilotas, el material para esposa, las zorras, las fiesteras, las come hombres… en fin, una gama de colores y cosas nos definen. No le damos gusto a nadie.
Menos… a nosotras mismas.
El otro día estaba con dos amigas: Amiga A y amiga B.
Amiga B nos contaba que siempre seguía el mismo patrón. Conocía a un hombre maravilloso y al mes (ni un día más, ni un día menos) le aflojaba en la cama.
Cuando ella juraba que pronto tendría novio… ¡Oh sorpresa! El tipejo ya tenía novia, esposa o estaba en trámites con la ex.
Mi amiga B no sabía que estaba haciendo mal. Cabe recalcar, y no porque sea mi amiga, que es muy buena persona. Material de esposa (aquí viene mi etiqueta). No le gusta la fiesta, es trabajadora, sigue yendo a la universidad… que ella se paga, esta guapa, se acaba de operar las boobies así que hasta chichona es.
Si yo fuera hombre, la tendría de novia. Y luego lo pensé: mmm… ¿realmente sería mi amorcito o solo me la daría?
Si mujeres del mundo mundial, así hablan los cabrones… eso somos para ellos… material de novias o de zorras.
Mi amiga B es demasiado inocente… es guapa, esta buenona, pero es muy inocente. Así, que mi amiga A, sin conocerla mucho realmente, se aventuró a decir:
– Perdón que me meta, pero… yo creo que algo estas proyectando que hace que los hombres solo te tomen como la tercera en discordia.
Volteé a ver a mi amiga A con cara de: cállate, eso no se le dice a una mujer.
Si alguien me dijera: “algo estas proyectando que no te están tomando en serio”….
Pues no hago nada porque si me da miedo pelearme con otra mujer, pero si me enojaría mucho, mucho.
Pero mi inocente Amiga B contestó
– ¿Me estás diciendo zorra?
Cuando una mujer te pregunta esto solo queda una cosa por hacer: Retractarte.
– Solo digo, que a lo mejor te ven demasiado mensa. Que no tienes colmillo… y además, perdón que me meta… (cada vez que decía eso, mas metida estaba la cabrona) pero… cuando sales con un tipo, ¿lo presentas en tu casa?
Mi amiga B ya estaba bastante enojada, pero pensó un poco la pregunta y contestó
– No, ¿Cómo sabes?
– Por lo general, cuando un hombre no está interesado en ti, no le interesa conocer a tus papas. Y cuando algo tiene que ocultar, no te presenta a los suyos. No que tenga que comer con tu mama el día uno que salen, pero si presentársela y que vea el tipejo que no estás sola. Que vea que alguien responde por ti, que si se le ocurre hacerte una jalada, alguien le va a romper la cara.
¡Pum! Amiga A dio en el clavo. No importa si vives sola, con tu madre, padre, abuela, perro, amiga… eso da igual. Si un hombre te involucra en su vida y tú en la suya… ya sea con el pretexto de: “¿Puedes pasar a mi casa mientras me termino de arreglar?” y el pasa… Mimosa, eso es buena señal.
Ahora no solo somos catalogadas como: las novias o las zorras.
No, ahora hay una nueva etiqueta creada por nosotras llamada: LAS CHACHAS.
NO POR SER DESPECTIVAS, CHACHA ES UN TERMINO ESPANTOSO… Y LO PONGO EN MAYUSCULAS PARA QUE NUNCA LO USEMOS, ¡JAMAS DE LOS JAMASES!
Pero explicaré a que me refiero.
El hombre pasa por nosotras y nos llama diciendo que ya está afuera. ¿Cuál es nuestra respuesta?
– Te veo en la esquina para que mi padre no te vea.
Nos deja después de una borrachera a las seis de la mañana… y decimos:
– No importa, al fin vivo sola y no tengo hora.
¿Qué impresión crees que das? ¿La próxima madre de sus hijos? No importan las etiquetas, ni que dirán los demás. El chiste es que tú al día siguiente, te sientas con la suficiente dignidad para decir: Si el tipo no me volvió a buscar es porque es un cretino, y nada más.
No te conviertas en chacha, novia, ni zorra… ¡Adiós a las etiquetas!
Yo soy Marcela… súper alcohólica, pero bajo mis propias reglas.
Y créanme mimosas, nunca ando en barata…
Salgo bastante cara.
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