No creo en Hallmark, no creo que tenga que haber una fecha en especial para celebrar la amistad ni el amor. Creo que hay momentos en la vida, te agarran desprevenido pero son inolvidables, en los que en verdad celebras haber encontrado a esas personas que están en tu vida, a tus almas gemelas. Llamadas comúnmente: Amigas.
Me he encontrado ya con varias en el camino, nuevas y viejas que me llenan de felicidad y buenos momentos. Pero en especial, hoy que me encuentro frente a una hoja en blanco sin saber que me depara el destino, quiero escribir sobre ellas.
En éste caso en específico son dos, que seguro cuando lean esto dirán que estoy peor de cursi que una tarjeta de Sanborns, pero pues creo que nunca está demás decir lo que sientes y no me tengo que esperar hasta Febrero para escribir esto.
Somos tres, así como los ángeles de Charlie.
Ni siquiera sé cómo nos describiría, sólo sé que para mí con todas nuestras fallas, palabras, osos, defectos, virtudes, metidas de pata, risas, cariño, omisiones, distancia, locuras, desentendimientos, aventuras, anécdotas y un sin fin de cosas, ellas se han convertido en mis hermanas.
Me han visto en mis mejores y peores momentos, me conocen tirada en el suelo del baño, cruda y apestosa, de hueva porque ando de ‘niyomeaguanto’, feliz celebrando victorias, llorando tan cabrón que ni se me entiende lo que digo, intenseando ebria, diciendo pura incoherencia, enamorada y emocionada y luego enculada y triste, intentando crecer y descifrar quién diablos soy.
Creo que a veces cuando más quieres decir cosas es cuando no te salen las palabras, cuando tienes tantas cosas en la mente que no sabes ni por dónde empezar.
Hay cambios que da la vida, que te dejan sin saber por dónde ir y de hecho hasta te da miedo avanzar por que tememos a lo desconocido. Piensas que todo es una broma y que pronto despertarás y nada habrá cambiado.
De esas veces que estás dormida, te despiertas y apenas si abres un ojo y dices… ¡No por favoooor! Yo me encuentro en uno de ésos momentos, sin entrar en especificaciones… pero simplemente puedo decir que la vida te prueba para ver de qué estás hecho, y sé que sería aún más difícil si no las tuviera a mi lado.
No importa lo que nos tenga preparado el destino, ya de por sí hemos cambiado un montón… de ser unas escuinclas locas, a ser… una adultas locas… está bien, está bien seguimos estando un poquito orates pero pues es que eso se lleva en la sangre.
Lo que sí, es que hemos madurado y aprendido de las experiencias que nos ha dado la vida, fortalecido nuestras creencias y adoptado nuevas, pero sobre todo nuestra relación se ha mantenido y creo que ahora está mejor que nunca.
Sé que nos falta un largo camino por recorrer pero me emociona mucho el hecho de saber que lo compartiré con ellas y que ahí estaremos para celebrar nuestros triunfos y echarnos la mano cuando alguna tropiece.
Que como hoy, que me encuentro con el corazón roto, me hacen sentir y ver que la vida sigue adelante y que todo estará bien y después mucho mejor.
Que mi corazón alguien lo tendrá, pero ellas son mis pulmones…
Ellas saben quiénes son.
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