Madre sólo hay una.
Bueno, yo tengo dos y hoy por fin quiero reconocerle a mi madre biológica el papel que le toca, ese de haberme dado la vida, una cosita de nada, un favorcito chiquito nomás, una nimiedad pues. (más…)
Madre sólo hay una.
Bueno, yo tengo dos y hoy por fin quiero reconocerle a mi madre biológica el papel que le toca, ese de haberme dado la vida, una cosita de nada, un favorcito chiquito nomás, una nimiedad pues. (más…)
Esa luz incandescente que soy
Soy eso que vibra en tu interior
El tiempo no existe
Un pestañeo es lo mismo que la eternidad
Soy eso que te hace llorar en la sobriedad
Lo mismo si es de día o de noche
Tu ojo semeja el universo
Y aún te preguntas si estás sola
No, no lo estás. (más…)
Hola, ¿Cómo estas? ¿Estabas dormido? Perdón, de repente sentí la urgencia de hablar contigo. (más…)
Un año más. No puedo creer que van casi ocho años de escribir cuentos, poemas, mis anécdotas, de ficción y reales, pero sobre todo, de sacar luz con las palabras, el dolor profundo lo he penetrado con letras que me hacen sanar. He escrito cosas de las que me arrepiento, pero ahora trato de ser honesta, libre de prejuicios al relatar y sobre todo, ya nunca más desde el lugar de víctima. (más…)
¿Sabes? Llevaba años con ganas de salir. Me tenías secuestrada en este sótano inhumano. Sin luz, sin velas, negro absoluto. En algún momento me viste con cariño o puede que nunca me hayas tenido en cuenta, pero me sentiste, de eso estoy segura. Aquí estuve años, en este cuarto oscuro, con miedo, llanto, apretada en un espacio cuatro por cuatro, ¿qué te hice para que me trataras de esta manera? Tuve miedo que nunca abrieras la puerta, que pasaras más años sin saber de mí. (más…)
Querido, no hay día que no piense en ti.
Eres parte de mi pasado que no quisiera repetir, pero diario, a cada minuto pienso, ¿y si lo busco? Nadie se va a enterar, solo yo. Marce, ¿vas a contar? Yo no. Que sea nuestro secreto. (más…)
Sonó el despertador. Siete de la mañana. Tu amiga flojera invadió tu cuerpo, era hora de empezar el día, tus deudas no se pagaban solas. Pero primero, entraste al Facebook. Nada interesante, lo mismo de siempre, éxito de algunos, parejas y compromisos nupciales, bebés. Todos parecían avanzar, menos tú. Aun así pusiste de status: “Plena y realizada, ¿Qué más le puedo pedir a la vida?”