Hace mucho que no hablo de mis mejores amigas, Ale y Lucía. No crean que es por falta de amor, sino porque últimamente no han hecho nada interesante. Hasta hace poco…
Lucía está enamorada de un nuevo hombre. El tipejo, y lo llamaría peor… la busco mucho al principio, moría por salir con ella…
No sé qué ganan a veces los hombres con mostrar gusto, pasión, interés, ganas… ¡hasta amor! por una mujer, para después mandarla a la fregada sin ningún previo aviso.
Seré más concreta, tengo otra amiga, que por defender su identidad no diré su nombre, pero pongámosle Ariel. Ariel tenía un novio con el cual duro cinco años. Al principio él fue un rey con ella, a los dos años el cambio, siendo indiferente, después celoso, amoroso… y, con el paso del quinto año, la relación se había establecido. Estaba claro que iban a algo más serio.
Un día, en año nuevo, ella decide ir a una fiesta, lo invita y él no quiere ir. Pero no solo eso, se molesta porque ella va. Tres días duró el enojo del muchacho, y un día, le manda un mensaje por what´s app… YA NO QUIERO ANDAR CONTIGO, POR FAVOR YA NO ME BUSQUES. NO QUIERO VERTE.
¡Después de cinco años juntos no quiso darle ni la cara! ¿Qué pasa con estos hombres? Y obviamente nos volvemos locas, y tratamos de buscarlos… y ahí, frente a nuestros ojos, nos volvemos unas busconas.
Pero esta historia no es sobre Ariel, ni sobre mi… es sobre mi admirable amiga Lucía Solá.
Desde un principio, su “galán” parecía un borreguito, un amoroso, lindo hombre. De esos que ya no hay, pero mi amiga no se fiaba, había algo raro desde la primera noche.
– Marce, sé que había sido mujeriego, no quiero juzgar por su pasado, pero son demasiadas coincidencias. A mí no me convence.
– No Lucía, estas siendo paranoica, tu miedo a amar te hace estar a la defensiva.
– Hay algo, no sé qué es… me mintió desde la primera noche diciéndome que iría a su casa a dormir, y por twitter me enteré que estuvo tomando en su casa con su hermano y dos amigas.
– Paranoiiiicaa Lucía.
¿Saben mimosas? Son esas señales que siempre queremos justificar, diciendo que estamos locas o que estamos alucinando, pero si siguiéramos nuestra intuición y nuestro corazón no nos enfrascaríamos en relaciones destructivas… enamorándonos u obsesionándonos por hombres que no valen la pena.
Lucía tenía razón. Pero eso solo se lo diría el tiempo… porque durante muchos meses el tipo fue un lindo caballero, el hombre casi perfecto. Haciéndole cenas, propuestas románticas, dándole flores, diciéndole que dejará de preocuparse… él nunca le haría daño, que se dejara amar, que lo amara. NUNCA TE VOY A LASTIMAR… esas fueron sus exactas palabras.
Pero Lucía no cedía, no le dijo nada, no le creía. El hombre dejó pequeños pedazos de pan como Hanzel y Gretel… pequeñas mentiras que se fueron acumulando, no eran mentiras serias… pero mentiras al fin y al cabo… y Lucía no estaba convencida.
Llegó el día en el que ella le creyó, después de tanto pleito y tanta desconfianza, pleitos y enojos… decidió creerle… y, cuando más enamorada estaba…el, en ese momento, decidió decirle las palabras mágicas:
YA NO TE AMO… PERO SEAMOS AMIGOS, A LO LEJOS, PORQUE NO PUEDO VERTE A LA CARA.
Claro, todo esto se lo dijo al teléfono.
Lucía, desesperada (lo había llevado a su casa, viajado con él, había puesto en esa relación todas sus esperanzas) no pudo con el dolor… le rogaba, lo buscaba, le suplicaba que le diera la cara, que por lo menos era lo que ella necesitaba, y más que eso… LO QUE ELLA MERECIA.
Él le dijo que sí, pero que le diera tiempo, que ahora no era el momento… y paso el peor y a veces más mortal enemigo de las mujeres; el tiempo maldito.
El nunca dio la cara… y ahora el corazón de mi amiga esta en rehabilitación, mientras el hombre está gozando la vida.
Ella llora todos los días por ese amor, extraña a su hombre, no es fácil dejar ir. Cada vez que lo busca (por mensajes o llamadas) él es más frio, más cruel, mas indiferente.
¿Cómo puede ser? ¿Cómo la olvido así de rápido? ¿Cómo olvido que juraron amarse siempre y que no harían el amor con otras personas?
Ella en el fondo, desde un principio lo supo… pero no quiso darse cuenta, porque ¿Cómo un hombre tan perfecto podía ser tan malo por dentro?
Y así es esto del amor, pero ¿Qué creen mimosas? Hay un buen final en este cuento de mi adorada amiga…
Este viernes fue al cine… SOLA.
No podía creerlo cuando me lo contó, ¡Qué valor!
Me dijo:
– Mi mayor miedo es estar sola, y él me abandonó ¿me tengo que abandonar yo?
Al día siguiente fue al psicólogo, a veces ni nuestras tetas amigas pueden ayudarnos, y al salir… fue a comer sola. Al parecer ya nos abandonó porque encontró a alguien mejor: A ELLA MISMA.
Fue con una vidente en la tarde, que le dijo que encontraría esposo dentro de poco, a ella solo le causó risa.
Y, al final del día, se durmió temprano, le llamó un galán para salir pero prefirió quedarse en casa.
– Hubieras salido Lucy, el está poca madre con su vida.
– No es por el Marce, el no sanará sus heridas, es el luto que tengo que darle… es por mí y solo por mi… amiga.
El lunes no aguantó, lloró a moco tendido. Por más fuerte que seas… no serías mujer si no lloraras porque tienes el corazón herido.
Su padre entró a su cuarto… la vio fijamente y tapándola le dijo:
“DEBES SEGUIR TU VIDA, NUNCA QUITES DE VISTA LO QUE QUIERES PARA TI, LO DEMAS, LOS HOMBRES, TU FAMILIA, TUS AMIGAS… SON CIRCUNSTANCIALES, LOS QUE TE AMEN, SIEMPRE ESTARÁN A TU LADO… PASE LO QUE PASE.”
Lucía Solá no entendió en ese momento, y lloró por muchas semanas más, meses, es más. Pero con el tiempo, su dolor cedió.
Su ex anda de mujer en mujer, nos enteramos que ya tiene novia.
Ella está feliz con su nueva pareja…
Lucía se encuentra SOLA.
Últimamente están escribiendo cosas con las que me identifico totalmente, de verdad me encanta leerlas, me hacen el día 🙂 éxito