¿Cómo evitar tú destino?
Yo fui sembrado para dejar huella,
Para hacer historia,
¿Qué acaso no es ese el propósito de venir a la tierra?
La muerte está sobrevaluada,
Todos al nacer llegamos con cadena perpetua.
Entiendo la indignación,
¿Quién ayudará a mi padre a trabajar?
¿Quién le traerá el pan de cada día a mi mamá?
Gotas feroces lloraron por mi frente,
Dos balas atravesaron mi pecho,
Sangre comenzó a brotar de mi boca,
Como esa sensación en un sueño que sabes que vas a morir, pero nunca lo ves.
Así fue.
No puedes morir, te falta dejar tú semilla
Procrear,
Envejecer,
Tener una casa,
Y enamorarte de una mujer.
Un hombre me pateó mientras me hacía el muerto.
Me dijo “Indio apestoso”,
Lo vi y pensé:
¿Qué no somos del mismo linaje?
Recordé como mi padre me contaba de niño,
Historias de Quetzalcóatl;
Serpiente hermosa
Príncipe de los nahuales.
Siempre me sentí orgulloso;
De mi piel morena,
Mis ojos rasgados,
Y mis labios rechonchos.
“Levántate indio, no te hagas pendejo
Ahora sí te cargo la chingada
Apestas a miseria
Normalista muerto de hambre”.
Alcé mi cara,
El miedo se apoderó de mí,
Había humo y olor a carne quemada,
Esto no era un sueño,
Era el fin.
Madre, no llores,
No tiene caso.
Padre, búscame;
En tus sueños, en abrazos,
En manifestaciones, en justicia,
En velas, en estudiantes,
En México, en la tierra.
Porque hoy me toca morir pobre,
Pero en la cosecha,
Seré príncipe de los nahuales.
Esa noche deje de ser hombre,
Para convertirme en Dios.
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INSTAGRAM: marce_lecuona
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