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LO QUE ELLAS QUIEREN.

Freud murió preguntándose algo simple: ¿Qué quieren las mujeres? Claro, siendo él un primate hombre garabato con carne colgando, pues nunca lo iba a saber.

Recientemente, una agrupación de científicas de la UNAM, investigaron a un grupo de mujeres y han descubierto que las hace felices.

Una de las doctoras me pasó tan deseada investigación, y aquí les dejo el secreto, lo que las mujeres queremos.

Un príncipe azul: Queremos ese hombre rico, bueno, fiel, guapo, que solo tenga ojos para nosotras, elegante, romántico, lector de mentes, bizcocho, pene grande y grueso, fuerte, formal, detallista, que tenga ganas de tener hijos, que le guste y que tenga dinero para viajar con lujos, que sea machista para pagarnos todo, pero sumiso para ser nuestro esclavo.

Ser independientes: Todas las mujeres tenemos ese lado feminista que nos grita en el oído: ¡Quítate el brassier! Justo cuando estamos en la fila del banco. Nos dan ganas de golpear a todos los albañiles que nos gritan “¡Arroz!” y queremos puestos ejecutivos al por mayor. Cuentas bancarias tipo Donald Trump sin tener que ser acosadas sexualmente por ningún garabato con carne colgando. Queremos que nos quieran por nuestra inteligencia, no por nuestras piernas.

Tener un cuerpazo sin hacer ejercicio: Las mujeres queremos tener el busto de Heidi Klum, las nalgas de JLo, la cara de Angelina Jolie, el cuerpo de Britney Spears en su buena época y todo esto tragando tortas de tamal. Queremos hombres a nuestro lado que  aunque seamos gorditas, ellos nos besen en la frente y nos digan: “Tú estás mejor que cualquiera de esas viejas”, y que lo diga en serio.

Ser mejor que nuestras amigas: Aunque las mujeres amamos a nuestro grupo de primates similares, nos encanta ser la mejor mujer, ¿y que mejor prueba que con las amigas? Nuestras amigas tienen cierta similitud a nosotras, así que es fácil competir con ellas: Las mujeres queremos una sana competencia: ser más guapa, más lista o con más clase que tu amiga y atravesar la META con una sonrisa. Voltear con la perdedora y abrazarla, porque a las amigas las amamos, tampoco somos desalmadas.

Tener buen sexo: No porque seamos mujeres, significa que somos frígidas. Queremos el mismo buen sexo que los hombres, no lo que nos dan la mayoría de las veces. Que nos den de misionero siempre y que a los dos minutos se vengan, no es divertido. Nosotras también vemos pornografía y nos masturbamos, asi que sabemos lo que es un buen servicio.  Luego los hombres se quejan de que estamos todas amargaditas ¡Si fueran buenos en la cama eso no pasaría!

Salir con las amigas una vez por semana: Necesitamos esas noches de drinks o de cafés interminables, ¿para qué creen? ¡Pues para competir!

Ejemplo de plática de mujeres en un café:

Lucía: Pepe ya me dio anillo.

Alejandra: ¡Woooow! ¿Y ahora que hizo el pendejo?

Marcela: Mi güey la tiene grande.

Lucía: Son unas criadas, en fin, el vestido de las damas serán de color verde, así que pónganse a dieta mi reinas.

Pensamiento de Marcela: Estaré gorda, pero por lo menos a mí no me pusieron el cuerno.

Pensamiento Alejandra: Yo no voy porque no tengo dinero y no quiero que sepan.

Pensamiento Lucía: Par de solteronas.

Alejandra, Lucía y Marcela se abrazan diciéndose que se aman. Y lo dicen en serio.

Lucir hermosas: Las mujeres queremos ser preciosas; usamos maquillaje, push up, cremas anti-edad, cremas anti-arrugas, cremas anti-celulitis, todo para envejecer con gracia como los garabatos con carne colgando que hasta con canas se ven interesantes. Nos gustaría ser eternamente bellas sin tener que gastar un solo centavo, o sea, que Dios no se pasara de listo y que nos hiciera preciosas desde nuestro nacimiento, o sea, tenemos conflictos hasta con Dios.

Que nuestro léxico se entienda: Las mujeres queremos que cuando decimos: “Haz lo que quieras”, “No tengo nada, “No estoy enojada”, todo mundo nos ruegue y nos pida perdón por existir y habernos hecho enojar. Y que si el príncipe azul la caga como siempre, nos persiga cuando nos vamos a otro cuarto y nos diga: “Lo siento princesa, soy un inepto, nunca más jugaré XBOX mientras estás a mi lado”.

Eso.

Después de una intensa tarea, las doctoras de la UNAM no pudieron concluir dicha investigación, porque todas estas mujeres terminaron peleadas (investigadoras y encuestadas), porque seamos francas; todas eran viejas.

 

@marcelecuona

 

mars1

 

 


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