Soy actriz, ni siquiera famosa, con aires de escribir verdades. Yo no sé nada, no soy experta en política, ni estudié leyes, pero soy mexicana de nacimiento, acapulqueña para ser exactos y siempre quise que Mimosas fuera un lugar donde actrices tuvieran un lugar donde pudieran expresarse, quitar el tabú que las actrices son analfabetas e ignorantes. Tener una voz.
Hoy, ante tanta cosa en las redes sociales, en la televisión y en el radio, el trendic topic es el despido de la periodista Carmen Aristegui. Me sorprendió ver comentarios como: Mujer amarillista, de izquierda, ¿Cómo se le ocurre condicionar a sus jefes?… Etc.
Carmen, periodista y trabajadora de MVS, no tuvo mucha opción. Al final es “jefa de sus reporteros”, que, como ella dijo, fueron los que descubrieron lo de la Casa Blanca de “La Gaviota” y no merecían ser despedidos (a lo mucho una sanción por usar el logo de MVS en cosas que la empresa no estaba de acuerdo). Estos hombres deberían ser premiados por poner en nuestras narices (a todos los mexicanos) lo que ya sabemos todos: Que el presidente y su familia viven en plenitud mientras el 60% de la población en México vive en pobreza extrema.
¿Cómo es que el pueblo lo permite? Fácil, solo el 30% de la población mexicana cuenta con internet. ¿Te sorprende? El otro día en mi clase de Historia del arte, el maestro se atrevió a decir que el arte es solo para un grupo en específico, pues si no sabes de historia, ¿Cómo te va a gustar el arte? No comentarios sobre el señor. La pintura rupestre no fue hecha para que la compraran, el arte es para transmitir, para tocar fibras. Si un pobre sin educación ve La Mona Lisa, sentirá de la misma manera que la persona más instruida.
Digo esto porque, uno creyera que si el Facebook esta bombardeado de memes del tarado de Peña Nieto (que por cierto, es el presidente con menos popularidad en México desde hace veinte años) y si en twitter, en periódicos del extranjero, en cualquier red social sale que no queremos que se privatice el agua, el petróleo, cuarenta y tres desaparecidos (muertos más bien), que el dólar esta lo más alto en la historia, que la hija de la Gaviota, que ni siquiera es hija del presidente, gasta 100 mil pesos en un vestido para su visita a Inglaterra (¿ella que tiene que ver en esa visita para empezar?), que se gastan dinero que no deberían, que no entendemos de donde sale el dinero de casas (que el montaje de La Gaviota en el que defiende de dónde sacó el dinero es una burla a cualquier escala)… si vemos todo esto en redes sociales ¿Cómo es que sigue Peña Nieto en el poder?
Fácil, ni siquiera la mitad de la población en México se entera de esto. Si a tu alrededor ves celulares, coches, casas enormes (tipo Palmas en la ciudad de México) te cuento que solo estás viendo el 1% de la población. ¿Puedes imaginar si vieras como vive el 60%? Yo creo que ni siquiera nos cabe en la cabeza. A lo mejor por eso al presidente y a su analfabeta familia tampoco les queda claro, pues dudo que sepan de historia o de cualquier tema que no sea vivir plenamente, porque, si los mexicanos tuviéramos los “huevos” que decimos tener, estas viejas (La Gaviota, sus hijas y la que nos llamó “Prole” al pueblo mexicano, ya estarían en la horca como María Antonieta en la revolución francesa y tendrían un poco de miedo al pavonearse con sus lujos, sus vestidos, maquillistas y viajes a Europa cuando el país muere de hambre. Como anécdota; los ingleses ya no estaban tan contentos en cuanto a tener un país monárquico, así que cuando se casaron el príncipe William y Kate Middleton, decidieron hacerlo de bajo perfil, ropa diseñada por personas inglesas, nada de lujos y algo muy sencillo. A lo mejor es el miedo de perder el poder, pero son coherentes y no hacen enojar al pueblo).
Y no solo eso, tenemos más senadores y diputados que en cualquier otro país, que la mayoría son del PRI, así que legislan leyes y reformas que no sabemos, y cuando las sacan al aire, ya es muy tarde para refutarlas.
¿Privatizar el agua? ¿Tenemos idea de lo que es eso? En un país que hay sequias ¿Qué nos espera? Como película futurista. Mi mamá me platica que ella tomaba agua de la llave. Que cuando fue el terremoto del ´85 se comenzó a vender en botellas de agua y ella pensó: “¡Qué absurdo! ¿Quién va a comprar agua?”, ¡Oh madre ingenua mía! El gobierno no vende nuestras almas porque de nada les sirve. ¿Cuál es la diferencia de una dictadura a lo que vivimos?
Pero, ¿Quién podrá salvarnos? El PRD nos regaló un Jefe de Gobierno que gastó millones en un metro que no sirve. El ex presidente del PAN dice que debemos superar la muerte de 43 jóvenes. Con ese ambiente desolador…
¿Y qué hacemos? Una guerra civil es inútil, solo morirán los más pobres por un poder y un gobierno que no va a cambiar. A menos que… tal vez haya una solución. Hoy que soy novia de un argentino y que convivo con varios, es cierto lo que se dice de ellos; son unos ególatras pretenciosos. Tienen un ego que ya quisiera yo un sábado en la noche. Pero, gracias a eso, tienen algo en su favor. No sé si sea buena su presidenta o no, sé que la situación en Argentina no es fácil, pero ellos no se quedan sentados. Me dijo un amigo de mi novio el otro día: Desaparecen 43 jóvenes en mi país y todo el pueblo se rebela.
Y es cierto. Cuando no están conformes con algo, se para el país. Los medios de transporte no trabajan, se cierran locales, se hacen manifestaciones. Pero todo el país para. Hay tantos medios de comunicación y son tan “hijos de puta” (lo digo como un cumplido) que no se callan sus inconformidades y por lo menos, todos están enterados de lo que pasa.
Tal vez, si todos nosotros (estés de acuerdo con la salida de Aristegui o no) fuéramos, no sé, unidos por primera vez en nuestra historia, no sumisos, no malinchistas. Tal vez si el mexicano estuviera orgulloso de su belleza étnica, de nuestros orígenes aztecas. Tal vez si el mexicano no quisiera ser lo que no es, si fuéramos hermanos y nos plantáramos frente a Los Pinos (somos más de 120 millones de mexicanos, con un millón bastan), tal vez si paráramos la economía unos días. Si tal vez… nos postráramos los pobres, los de clase media, clase media alta y los ricos frente a la Cámara de diputados y la cámara de senadores, y metiéramos a “la gente que ve por nosotros” en el bote de basura como lo hicieron en Ucrania, cuando metieron al diputado de la oposición Vitaly Zhuravsky en un contenedor de basura, acusándolo de no respaldar leyes que acaben con las turbulencias en el país.
Tal vez así, nos tomen en serio. Tal vez si todos habláramos, escribiéramos, nos manifestáramos. Tal vez si nos compenetráramos en un lazo de solidaridad mexicana como lo hizo Denise Dresser al renunciar a MVS por Carmen Aristegui. Tal vez, si hubiera más mujeres como ellas, nuestro país sería diferente.
Puse la noticia de Denise Dresser en mi Facebook y alguien puso que eran lesbianas. Que tristeza que lo único que haya para ofender a una mujer sea su sexualidad: Ya sea puta, lesbiana, zorra o lo que sea (de hecho la noticia de hoy es que es alcohólica). Ya quisiéramos cualquiera, tres segundos de la materia gris de estas mujeres.
Tal vez si todos los actores alzaran la voz, pues muchos no tenemos trabajo gracias al monopolio de la televisión. Si tal vez las mujeres escribieran o nadie pusiera un pie en Soriana o si cada uno hiciera un video para You tube o en las calles regaláramos periódicos objetivos (los pocos que sean). Si tal vez, aunque seas cocinera, ama de casa, publicista o teibolera, dieras tu opinión.
Como yo, que solo soy actriz, que ni siquiera soy famosa, pero si alguien lee esto y tiene ganas de unirse para que a nuestros hijos les toque un México diferente…
Si tal vez pasa eso, algún día podremos gritar ¡Viva México cabrones!, pero con orgullo y veracidad.
“Si crees en la igualdad, debes ser uno de esos feministas de los que hablé y por eso yo te aplaudo. Para hacer el cambio necesitamos estar unidos. Te invito a que te dejes ver y que te preguntes: Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo?” Actriz Emma Watson.
“Pues en nuestro país, hablarse a sí mismo es hablar con los demás… solo decimos la verdad en secreto. Y aun cuando hablamos en voz alta, seguimos hablando en voz baja; dulce dejo indígena, dicen algunos; voz del esclavo, digo yo, voz del hombre sometido que debió aprender la lengua de los amos y dirigirse a ellos con elaborado respeto, rezo y confesión, circunloquios, abundantes diminutivos…” Carlos Fuentes.
@marcelecuona
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