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LA DIFÍCIL DECISIÓN.

Estoy a quince días de haber podido tener la boda de mis sueños; hace un año, mi ex novio, me dio anillo de compromiso.

Hace un año en Acapulco, festejábamos el cumple de una de mis mejores amigas, estaba tan contenta de poder compartir con mis amigos este momento; sin preocupaciones, sin estrés, riéndonos como siempre lo hacemos. Yo intentando contar chistes, para lo cual soy fatal, (siempre me río antes de terminarlos), todo pintaba para un fin de semana divertido.

Carlos, mi ex novio, me acompañó. Insistió en que nos quedáramos en un hotel y no en el departamento donde se quedarían mis amigos; teníamos quince días de haber regresado (después de haber estado separados cuatro meses) y no era la mejor noticia que me podía dar, yo quería estar con la bandera, dormirme a las cuatro o cinco de la mañana platicando estupideces y burlándonos de las cosas que hacíamos en la universidad…anyway…tuvimos que irnos al hotel.

Estábamos arreglándonos para irnos al antro; me bañe, sequé el cabello, me lo planché me maquillé, en fin, todo ese montón de actividades que hacemos las mujeres cuando queremos quedar más bellas. No quería pasar ningún momento a solas con él, tenía un presentimiento súper extraño, no estaba tan segura de haber tomado la mejor decisión  y que el haber regresado con él fuera tan buena idea.

Estaba tan enojada por todos esos cambios de planes que hizo conmigo y con nuestras vidas, habíamos decidido vivir juntos  varias veces y a  última hora me cancelaba porque todavía le faltaban cosas por vivir, y ahora, después de haber estado separados cuatro meses, yo sentía que me había funcionado de maravilla ese tiempo, me había dado cuenta que mi vida seguía girando perfectamente bien, estando él o no.

Al momento de salir de la habitación para ir al antro, decidió que sería buena idea tomarnos una chela en el hotel, yo estaba muy molesta, (recuerden que íbamos a festejar el cumple de mi amiga y ya estaban esperándonos)…

–          Ok Carlos, nos tomaremos esa chela y después nos vamos…

Nos tomamos una Pacífico cada quien, después decidió que “necesitaba ir al sanitario”, ptsss, imagínense mi cara, nos regresamos a la habitación y ¡Oh my God!, las escaleras que bajaban hacia la alberca privada de la habitación estaban iluminadas con cientos de velitas. En el balcón, un servicio de catering para dos personas, todo estaba hermoso, sin embargo, mi corazón latía muchísimo más fuerte de lo que se imaginan.

Cenamos delicioso y cuando nos llevaron el postre, ¡Oh sorpresa! Carlos sacó el anillo de compromiso que yo había esperado por más de cuatro años. Mi rostro estaba desencajado, no estaba feliz, estaba al borde de las lágrimas, ¡No podía creerlo! No podía creer que por fin recibiera el anillo que toda mujer espera ¡Y yo estaba enojadísima! ¿Cómo se atrevió a darme el anillo después de quince días de haber regresado? ¡Qué injusto!

Cuando llegué al antro, la amiga que mejor me conoce me preguntó lo que tenía, (imagínense la cara que tenía para que ella lo hubiese notado en cuanto llegué). Fuimos al baño y lloré peor que María de Magdalena, lloré hasta que saqué todo, lloré peor que cuando murió Mufasa. Ella sólo me dijo, este es un momento para que estemos llorando de felicidad… ¡Frase clave!

Hoy, después de un año de este evento, sigo soltera. Carlos tiene una pareja que es el amor de su vida, yo tengo a Alejandro, el hombre que más me ha ayudado en toda la vida, ¡Alejandro me encanta!, pero… después de llevar diez meses saliendo con él, no conozco a nadie de su familia ¿Qué significa eso?

Mi vida ha sido un desastre, creo estoy recuperándome, sin embargo, de algo estoy segura, basta ya de seguir con el cliché de…”Para ser unas mujeres completas debemos tener a un hombre a nuestro lado, haber formado una familia antes de los treinta, tener hijos, saber cocinar y saber hacer las labores del hogar”.

Tal vez eso no esté escrito para todas, tal vez todavía no es nuestro momento, tal vez el destino nos depara cosas maravillosas…

¡Marce! ¡Tienes razón!, tal vez ese día llegará, el día en que tú le invites mole a tu familia, y yo, bueno… ¡Yo pueda prepararles un buen chocolatito caliente!

 

 

(Si tú como Mimosa, tienes una historia que contar, mándamela a mi mail [email protected] y pon de título POST. Pon tu nombre y una foto para que se promueva el post y si tu historia es buena la subiré al blog, serás mimosa por un día… ¿Te atreves a salir en el blog? ¿Te atreves a que te lean nuestros 20 mil lectores al mes? ¡Haz la diferencia y mándame tu material! Yo me encargo de lo demás. MIMOSA MARCE)

 

Mimosa May Tapia

 

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